--> Masonería Regular en Madrid. Un poco de luz sobre una Orden Iniciática

Masonería Madrid

Un poco de luz sobre Una Orden Iniciática

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Regularidad Masónica

Antes de profundizar en este tema tan recurrente, es importante destacar que la masonería en sí misma y en sus ideales es UNA solamente. No obstante, en su transformación histórica se han originado una serie de conflictos organizativos e institucionales que han dado origen además de la llamada masonería regular o tradicional, otras visiones de lo que tendría que ser la masonería.

Toda sociedad u organización humana se rige por normas, reglamentos o reglas, pudiendo ser escritos o simplemente costumbres. Estas normas definen la esencia de la organización y regulan sus aspectos relacionales.

La masonería tiene sus propias reglas, que la definen y que marcan la frontera entre lo que es y lo que no es.

Cada ser humano siente y piensa de forma distinta. Así es probable que cada hermano pueda tener su propio concepto de la masonería y estimar que una regla u otra está en desuso o ya no es válida, sin embargo lo que no es válido para uno sí lo es para el otro y se puede llegar a la situación en que cada uno cambia o elimina algún aspecto sin necesidad de coincidir con los cambios de los demás.

Esto sería algo así como “masonería a la carta” y se podría dar lugar a una infinidad de variantes y corrientes dentro de la masonería, contradictorias entre sí, incluso. De ahí la importancia del respecto a las reglas establecidas siendo la masonería una solamente. Así las normas o principios que rigen la masonería han de ser vistos como un todo.

Precisamente la actitud de querer que la masonería se acomode a pensamientos o conveniencias individuales ha sido el origen de que en la actualidad haya, además de la masonería regular, una multitud de corrientes o variantes que se pretenden todas, eso sí, masonería...

Principios de Reconocimiento

En la constitución de la Gran Logia de España, única Obediencia reconocida por la Gran Logia Unida de Inglaterra, vienen recogidos los principios que han de cumplirse para que una Obediencia sea reconocida regular por las demás:

1. Regularidad de origen. Toda Gran Logia deberá ser regularmente establecida por una Gran Logia reconocida o por tres o más Logias regularmente constituidas.
2. La creencia en el Gran Arquitecto del Universo y de su voluntad revelada, debe constituir una obligación esencial para todos sus miembros.
3. Todos los iniciados deberán jurar su Obligación sobre el Volumen de la Ley Sagrada, debidamente abierto, donde esté la revelación de lo anteriormente citado, de conformidad con la conciencia particular de la persona que sea iniciada .
4. Que sólo pueden ser miembros de la Gran Logia, así como de las Logias en particular, exclusivamente varones y que la Gran Logia no tenga relaciones masónicas de ninguna clase, con cualquier tipo de Logias o cuerpos que admitan, como miembros, a personas de sexo femenino.
5. Que la Gran Logia debe tener jurisdicción soberana sobre las Logias bajo su obediencia; que por lo tanto debe de ser responsable, independiente y con gobierno propio, con la sola e indiscutible autoridad sobre los tres grados de aprendiz, compañero y Maestro Masón en toda su jurisdicción y no debe, en ningún caso, estar sujeta a compartir dicha autoridad con un Supremo Consejo o con cualquier otro poder que reclame algún control o supervisión sobre estos grados.
6. Que las Tres Grandes Luces de la Masonería (el Volumen de la Ley Sagrada la Escuadra y el Compás) deben siempre estar presentes cuando la Gran Logia o sus Logias subordinadas estén trabajando, siendo el principal de ellas el Volumen de la Ley Sagrada.
7. Que las discusiones sobre religión o política en las Logias deben de ser estrictamente prohibidas.
8. Que los Antiguos Principios, Usos y Costumbres, así como los Landmark de la Orden deben ser estrictamente observados.


Ninguno de estos principios es más importante que otro y el resultado de obviar uno u otro será objetivamente el mismo.

Regla de los Doce Puntos

Por otro lado, existe en masonería la llamada Regla de Doces puntos que ha sido aceptada por la mayor parte de las Grandes Logias Regulares y cuyo cumplimiento es exigido para obtener el reconocimiento como Obediencia regular. En realidad, si bien aportan alguna norma adicional vienen a insistir sobre los principios básicos. Son los siguientes:


1. La Francmasonería es una Fraternidad iniciática, que tiene como fundamento tradicional la creencia en Dios, el Gran Arquitecto del Universo.
2. La Francmasonería se basa en los “Antiguos Deberes” y en los “Landmarks” de la Fraternidad; especialmente en cuanto al absoluto respeto a las tradiciones específicas de la Orden, esenciales para la regularidad de la Obediencia.
3. La Francmasonería es una Orden a la cual no pueden pertenecer más que los hombres libres y respetables, que se comprometan a poner en práctica un ideal de Paz, Amor y Fraternidad.
4. La Francmasonería tiene como objetivo el perfeccionamiento moral de sus miembros, así como el de la humanidad entera.
5. La Francmasonería impone a todos sus miembros la práctica exacta y escrupulosa de los rituales y simbolismos, como modo de acceso al Conocimiento por las vías espirituales e iniciáticas que le son propias.
6. La Francmasonería impone a sus todos sus miembros el respeto a las opiniones y creencias de cada uno. Prohíbe en su seno toda discusión o controversia política o religiosa. Así se constituye en centro permanente de Unión Fraternal, donde reina una comprensión tolerante y una fructífera armonía entre los hombres, los cuales, sin ella, hubieran permanecido extraños los unos de los otros.
7. Los Francmasones toman sus obligaciones sobre un Volumen de la Ley Sagrada, con el fin de dar al juramento o promesa prestados sobre el mismo el carácter solemne y sagrado indispensable para su perennidad.
8. Los Francmasones se reúnen, fuera del mundo profano, en Logias donde deben estar siempre presentes las Tres Grandes Luces de la Orden: un libro de la ley Sagrada, una Escuadra y un compás, para trabajar según el rito, con celo y asiduidad, conforme a los principios y reglas prescritas por la Constitución, Estatutos y Reglamentos Generales de la Obediencia.
9. Los Francmasones no deben admitir en sus Logias mas que hombres, de reputación perfecta, personas de honor, leales y discretos dignos bajo todo punto de vista de ser hermanos y aptos para reconocer los límites del dominio del hombre y el infinito poder del Eterno.
10. Los Francmasones cultivan en sus Logias el amor a la patria, el sometimiento a las Leyes y el respeto a las Autoridades constituidas, y consideran el trabajo como el Deber primordial del ser humano y honrarlo en todas sus formas.
11. Los Francmasones contribuyen, por el ejemplo activo de su sabio, viril y digno comportamiento, al esplendor de la Orden, dentro del respeto al secreto masónico.
12. Los francmasones se deben mutuamente ayuda y protección fraternales, aun en caso de peligro de su propia vida. Practican el arte de conservar, en toda circunstancia, la calma y el equilibrio indispensables para una perfecta maestría de si mismos.


La Gran Logia de España está reconocida y mantiene relaciones fraternales con la práctica totalidad de las Obediencias Regulares.

La Gran Logia de España precisa que en la gran mayoría de sus logias se utiliza la Biblia como Volumen de la Ley Sagrada, se puede utilizar la Torá o el Corán si la logia así lo decidiera. 

Así, en función del no respeto u omisión de alguno de estos puntos o principios han ido apareciendo diferentes organizaciones autodenominadas obediencias masónicas desde el inicio de la historia de la masonería.

En realidad, si fuera posible, muchos optarían por formar parte de más de una organización pues la mayoría contienen elementos muy provechosos e inclusos complementarias entre sí. Sin embargo, de lo que tratamos en estas páginas, es de la masonería tradicional, de la masonería regular.

Parece que bajo el nombre de masonería se acogen inquietudes bien diversas; puede dar la impresión que uno puede escoger hasta encontrar aquélla corriente que más se ajusta a su manera de ver las cosas, cuando en realidad la masonería es una y tiene su propia tradición. Si la aligeramos de sus elementos tradicionales, podrá ser una organización muy interesante... pero quizá no sea masonería.

Así, encontramos organizaciones que:

  1. No trabajan a la gloria del Gran Arquitecto del Universo,
  2. Dejan libertad a las logias de su federación en cuanto al juramento sobre el Volumen de la Ley Sagrada, permitiendo hacerlo sobre la Declaración de los Derechos Humanos, una Constitución o incluso un libro en blanco.
  3. Trabajan sin el reconocimiento de la Gran Logia Unida de Inglaterra o de tres grandes logias regulares.
  4. Admiten a miembros que no creen en un dios o Ser Superior (sea cual sea su interpretación) o incluso que se declaran ateos
  5. Permitiendo la visita de sus miembros a logias de estas obediencias no reconocidas (el derecho de visita sólo se puede ejercer visitando logias regulares y regularmente constituidas).
  6. Realizando debates en torno a política o religión.
  7. Incluso cambian el objeto de la masonería (el perfeccionamiento de sus miembros) o lo desplazan a un segundo o tercer lugar por otros como el lograr la justicia social y el anhelo de una humanidad organizada en sociedades libres, fraternales y respetuosas con el medio ambiente

 

Lejos de nuestra intención es realizar un juicio de valor sobre las creencias y opiniones de los demás, simplemente destacamos aquéllos aspectos que se dan siendo contrarios a los principios básicos o a los Doce Puntos.

La Gran Logia de España cumple con estos principios y Regla de Doce Puntos. Aquellas Obediencias que por lo contrario no los cumplen son llamadas irregulares.

Estas pseudo-obediencias en algunos casos también se autodenominan “liberales” pues dicen seguir posturas más abiertas que las exigidas por la regularidad pero aquí de nuevo volvemos a encontrarnos en el punto en dónde se deciden qué reglas valen y cuáles no en función de opiniones.

Si bien el objeto final de la masonería tradicional y regular es el perfeccionamiento moral de la humanidad éste ha de hacerse a través de sus miembros. Así, cada masón ha de trabajar su propia piedra y pulir sus propios defectos, mejorar como ser humano, buscar esa pretendida perfección y exteriorizarla después fuera de las logias. Los masones hemos de perfeccionarnos a nosotros mismos y por ahí mejorará la sociedad.

Se trata de una visión completamente diferente a aquéllas que quieren ver a su Obediencia como un agente social más que interviene en la sociedad directamente o que trata en primer lugar problemas sociales o de actualidad buscando la mejora de la sociedad en un sentido o en otro.

Esto no quiere decir que estos planteamientos sean incorrectos, sino solamente que no son propios de la masonería tradicional. La masonería ayuda al hermano a construir su propio templo interior...

Por último, es importante subrayar, que salvo algunas excepciones de carácter histórico, solamente existe una Gran Logia u Oriente Regular y Reconocido por país.
Este dato es importante pues genera una línea de legitimad y sobre todo un orden evitando que cualquiera pueda proclamar o inventar una Gran Logia u Oriente según le parezca. Es la única manera de evitar ciertos abusos o personalismos y que grupos de masones o no masones creen obediencias (federaciones de logias) de forma desordenada. ¿Cómo sino un no masón va a saber lo que es o lo que no es masonería? La masonería es una y sigue unas reglas determinadas.

Para terminar y parafraseando a un hermano: “ si lo que pedimos es protagonismo y encontrar honores que den respuesta a nuestras frustraciones personales, no los vamos a encontrar. Si lo que pedimos es poder mandar porque no nos dejan hacerlo en casa o en el trabajo, fracasaremos. Si queremos ser solidarios y hacer beneficencia ante las necesidades materiales de la humanidad, más vale que nos apuntemos a una ONG. Si queremos influir directamente en nuestra sociedad y queremos luchar contra las desigualdades sociales, más vale que nos apuntemos a un partido político o a un sindicato de clase. Si lo que pedimos son relaciones sociales, o contactos con vistas a posibles negocios, existen otras asociaciones y clubs sociales y empresariales. Nada de esto puede ofrecernos la Francmasonería y es preciso desconfiar de cualquier Obediencia que aunque sea disimuladamente los proponga como fines.”