--> Masonería Regular en Madrid. Un poco de luz sobre una Orden Iniciática

Masonería Madrid

Un poco de luz sobre Una Orden Iniciática

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La información en el siglo XXI

Para nuestra sociedad, la información es un factor determinante. De ella por ejemplo, depende la toma de decisiones en momentos favorables o adversos. Así los electores tomarán decisiones de voto y los directivos de una empresa necesitan información para rectificar o modificar su gestión; así ocurre también con quien desea adquirir un producto, pues para lograr la mejor compra de acuerdo con sus intereses y posibilidades, debe estudiar las ofertas del mercado. Las personas en general, consumimos información para mejor comprender nuestro entorno y actuar conforme a él.

En nuestros días se producen grandes cantidades de información, que en si mismas llegan a resultar poco prácticas, complicadas de utilizar y de ordenar. Así, en razón de su misma abundancia se hacen poco utilizables y muy difícilmente controlables.

Como aspecto adicional, el ciudadano del siglo XXI ha podido comprobar que no es tarea imposible generar información. Efectivamente no sólo los grandes intelectuales escriben libros y llegan a la sociedad. Cualquiera, con los medios o las relaciones adecuadas, lo puede conseguir (dependerá de sus fines, intereses, editorial, intereses económicos, políticos…). De la misma manera, hoy cualquier persona puede escribir en Internet y ofrecer información a través de este fantástico y potente medio.

Existen libros o también páginas magníficas en diseño y grandes en cantidad de información, que desgraciadamente contienen falsedades tendeciosas o verdades a medias…

Todo esto ha hecho que hayamos desarrollado una potente e imprescindible capacidad de análisis.

Fijaos que hace apenas veinte o treinta años cualquier cosa que saliera en televisión, se publicara en un libro o periódico o se escuchase por la radio tenía a priori la etiqueta de validez. ¡Cuántas veces he oído decir a mi abuela "lo ha dicho un médico por la radio"!

Esto mismo sirve para nuestros tiempos y cualquiera sonreiría al oir: "lo pone en Internet".Así, en Internet no nos podemos dejar impresionar por geniales diseños, por macro páginas que ofrecen ingentes cantidades de información; busquemos el origen, quién lo ha escrito, qué pretende, si se trata o no de una página oficial, si tiene una doble intención etc.

En función de todos estos datos leemos y entendemos la información que nos es proporcionada aplicando el filtro resultante de las preguntas que nos hemos formulado y de nuestro sentido común. Así lograremos entender y captar verdades, mentiras y el sentido de las verdades a medias (quizá las peores de las mentiras).

Desinformación. Información tendenciosa.

Con la masonería sucede igual. Existe una gran cantidad de información al respecto, fuera y dentro de Internet. Escrita tanto por conocedores de la materia como por oportunistas o por desinformadores.

Para los que no saben nada sobre nuestra Orden puede resultar confusa tanta información en muchos casos contradictoria. Esta página sólo trata de ser un apoyo explicativo para aquéllos que desean información o aclaraciones al respecto.

Ante tanta “desinformación” y afirmaciones gratuitas, es importante hacer uso de nuestra capacidad analítica y de reflexión para poder filtrar adecuadamente.

Pongamos atención y analicemos y definamos las diferencias en el lenguaje utilizado por algunos historiadores, investigadores profanos, periodistas de investigación, “webmasters” y escritores, incluso en algunos casos masones, que con un conocimiento parcial o interesado de la masonería, acaban escribiendo sobre la misma de forma sesgada, tendenciosa o intoxicadora, sobre lo que realmente es o sobre la profundidad y alcance de la masonería.

A diestra y siniestra se manejan y manipulan determinadas ideas y conceptos relacionándolos con la masonería como: dogmática, «adogmática», regular, irregular, liberal, conservadora, progresista, aperturista, inglesa, francesa, inmovilista, tradicionalista que tratan de dar determinados "colores" a las organizaciones según apetece.

Estos conceptos se utilizan sirviendo una determinada idea y oponiendo así unos, de connotación positiva a otros, de connotación negativa.

Algunos hablan de la masonería dogmática (identificándola con la masonería regular), utilizando por otro lado el término «adogmática» para referirse a la masonería irregular y que, en el intento de evitar el término «irregular», también llaman «liberal». Según éstos, existe una masonería dogmática que no es liberal (la Masonería Regular) que oponen a una masonería «adogmática» y liberal (la llamada irregular).

Es completamente absurdo o tendencioso hablar de una masonería dogmática por el simple hecho de que se respeten una serie de tradiciones que, además, acaban conformando los puntos de referencia o mojones que delimitan el perímetro de lo que masónicamente se puede considerar como tal.

Nos encontramos con autores que defienden la utilización del término «adogmático» para referirse a la masonería irregular (que además equivale a decir, que la masonería regular sería entonces dogmática); estos mismos autores deberían aplicar el mismo criterio que aplican a la masonería regular cuando la critican o crean prejuicio sobre ella con el término «dogmático», ya que en la llamada masonería irregular también se cumple con una serie puntos de referencia inamovibles mínimos, los regule quien los regule, que delimitan claramente su propia personalidad. Incluso se podría argumentar que, como estos puntos no cambian nunca , ni se alteran, también la masonería irregular sería dogmática.

Simplemente absurdo.

Igual que también resulta superficial y totalmente sesgado e incongruente que se autoproclamen «adogmáticos», «aperturistas», etc., aquellos que de forma unilateral, y promoviendo la desunión, se alejan de los principios masónicos tradicionales, escorándose hacia tendencias ideológicas claramente partidistas y políticas, tachando a la masonería tradicional que no entra en estos «cambios» de dogmática, tradicionalista e incluso «inglesa», con connotaciones despectivas.

Por otro lado, también acaba por ser tendencioso que se califique a la masonería tradicional o regular como masonería conservadora y a la masonería irregular, como masonería liberal.
En todo el mundo, para millones de masones y desde el punto de vista de la masonería tradicional, sólo existen dos términos: masonería regular y masonería irregular, sin que deba derivarse de ellos connotación despectiva o negativa alguna. (En inglés el término regular puede significar regular, asiduo, habitual, normal, frecuente mientras que irregular es su contrario).

La masonería pues, es una asociación libre de hombres que sólo dependen de su conciencia y que tienen como objetivo el perfeccionamiento moral de la humanidad. Fomenta entre sus miembros el respeto a las opiniones ajenas y prohíbe toda discusión política o religiosa en su seno a fin de construir un centro permanente de unión fraternal. La masonería es de por sí, liberal.

Tampoco es raro leer frases como “En la masonería adogmática, liberada de las reglas de la masonería británica…” dando a entender que existe una corriente llamada británica (siendo la Gran Logia Unida de Inglaterra el origen de la masonería moderna y de todas las logias reconocidas) que “impone” reglas, cuando la Masonería Regular es la mayoritaria a nivel mundial (agrupa al 85-90% de los masones) salvo en los países de influencia francesa en dónde está algo más difundida la masonería de tipo Gran Oriente de Francia.

Información errónea. Sensacionalismo.

Además de toda esta información parcial tendente a hacer parecer una determinada corriente como la verdadera o la "actual", existen pseudoespecialistas en masonería que sin ser miembros y sin acceder a los fondos documentales de la Orden publican libros o trabajos elucubrando y mezclando fabulosas teorías basadas, según ellos, en «los rituales y documentos internos de la masonería» o las «declaraciones de los propios masones» e inventando, a veces burdamente, conflictos internos, relaciones directas o indirectas de la masonería con organizaciones sectarias, luciferinas, conspirativas, etc., publicando, además de los libros, también artículos, información de toda clase y en todo ámbito, con una gran cantidad de interpretaciones, deducciones, «cotilleos», fabulaciones y opiniones equivocadas.

Todo esto, en gran medida, sucede por interés comercial y lucro. Se busca el sensacionalismo, la creación de morbo para atraer un mayor número de compradores.

Entre los lectores de estos libros que no contrastan la información y creen al pseudo especialista, se generan dos perfiles distintos:

  • a) los que, comulgando incluso con ciertas ideas del pasado, terminan por considerar a la masonería como un centro de conspiradores, promotores de sectas y organizaciones secretas, llenas de personajes ebríos de poder político o económico, de gran influencia oculta y social, que buscan la destrucción de los poderes legítimos de un país así como de las religiones practicantes en ellos...
  • b) los que terminan creyendo en una masonería como movimiento liberal, defensor a ultranza de los derechos humanos, activa políticamente, racionalista, laicista hasta la médula, adogmática y defensora a toda costa de la libertad, «progre», activa y reivindicativa con los problemas de la sociedad, actual y «moderna», y que además actúa en contraposición a la masonería regular, a la que se describe como dogmática, tradicionalista, conservadora, inmovilista, alejada de la realidad social y sus problemas.
 

De nuevo opiniones parciales y tendenciosas que se alejan de lo que realmente es la masonería, versiones de aquéllos que de una u otra manera, perteneciendo o sin pertenecer a la Orden y creyendo saber absolutamente todo acerca de ella, acaban presentándola según su propia opinión sesgada o intencionada, para defender o bien su propia visión o posición personal, incluso la de un movimiento masónico concreto alejado expresamente de cualquier objetividad, rigor y seriedad, o la de ciertas personas o grupos que, asentados en el poder o en ciertas ideologías partidistas, se podrían sentir incómodos, decepcionados o contrariados.

 

 

P. D. Parte del texto de esta página ha sido tomado del libro: La Masonería, una orden iniciática, de Florencio Serrano y Francesc Xavier Altarriba.